sábado, 14 de mayo de 2011

Aprende a hacer frascos decorativos

¿Nunca has visto un frasco decorativo con vivos colores en la balda de una habitación? Es una de las manualidades más típicas y sencillas que puede haber, 100% recomendable y con un buen resultado garantizado. Os voy a explicar cómo hacerla en unos sencillos pasos.

Material necesario:
- Frasco de cristal
- Arena fina
- Tizas de colores
- Hoja de papel
- Embudo o cartulina
- Recipientes: vasos, tazas...
- Goma o cuerda fina
- Pañuelo o trapo de colores


1. Pinta la sal de colores. Coge la sal, vuelca un poco sobre la hoja de papel y haz rodar la tiza por encima para teñirla del color que elijas.

2. Vierte la sal coloreada en un recipiente. Con mucho cuidado, vierte la sal ya teñida en un pequeño recipiente recogiendo la hoja de papel sobre la que se encuentra.

Anotación: Repite la acción tantas veces como colores quieras que se vean en tu frasco, siempre acordándote de vertir el montón de sal de un mismo color en un recipiente diferente al de los otros colores. De esta forma, después podrás decorar correctamente el frasco sin que los colores se mezclen de mala manera.

3. Decora el frasco a tu gusto. Usa el embudo improvisado con cartulina o uno que ya tengas por casa para volcar el contenido de los recipientes en el frasco. Ve haciendo capas de colores, montañas de sal, lo que más te guste. Debes ir virtiendo la sal poco a poco y, una vez echada la cantidad que desees, devolver la sal restante al recipiente que le corresponde para después poder volver a usarla.

Sugerencia: Puedes adornar tu frasco decorativo con conchas, piedrecitas, cuentas o lo que se te ocurra mientras vas añadiendo la sal coloreada. Además, puedes decorar tu frasco por fuera, pintándolo con rotuladores permanentes de colores o con pegatinas brillantes, ¡con lo que se os ocurra, simplemente! Eso le dara un toque personal a tu frasco decorativo.

4. Tapa tu frasco decorativo. Una vez lleno de sal coloreada, procedemos a cubrir el frasco para que no se salga el contenido. Para eso, cogemos un pañuelo o un trapo lucido y lo posamos sobre la boquilla de nuestro frasco. A continuación, colocamos una goma alrededor del pañuelo, dándole más de una vuelta si fuera necesario para ajustarla al frasco. También podemos usar una cuerda, anudándola bien fuerte alrededor del  pañuelo. Si el frasco tiene tapón, un corcho o tapa propia, sólo tendréis que ponerle eso.

Variables: en lugar de sal, se puede teñir azúcar, si es que tenéis por casa, o arena, si estáis cerca de la playa.

¡Desde aquí os animo a hacerlo, chicos! Se tarda muy poco y, con algo de paciencia, puede quedar realmente bonito.



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