lunes, 9 de mayo de 2011

La televisión desde un punto de vista pedagógico

La televisión es el más potente medio de comunicación que existe. Semejante oportunidad de aprendizaje se ha convertido en un arma de doble filo debido a la pésima calidad de su programación, como explican en esta interesante página.


Deben ver la televisión siempre
acompañados de un adulto que
estimule su correcto aprendizaje
Los más pequeños encuentran en la televisión una fuente de entretenimiento y aprendizaje; sin embargo, también pueden aprender cosas indeseables al estar expuestos a la influencia de miles de programas basura y anuncios poco recomendables para su edad. El alcohol, las drogas o el sexo son temas muy recurrentes en los programas televisivos. Además, pasar mucho tiempo delante de la televisión les quita de hacer otras actividades mucho más instructivas, como leer o hacer deporte. Como bien recoge este artículo, el uso a tan temprana edad del televisor podría repercutir gravemente en su desarrollo integral, por lo que recomiendan restringir su uso durante este período.

En la revista Zer se ha evaluado la calidad de la programación televisiva. Uno de los grandes errores que la televisión comete es categorizar en el mismo grupo a todos los niños, habiendo enormes diferencias entre un niño de 2 años y uno de 5. A partir de los 24 meses, los niños ya son capaces de comprender lo que están viendo en un programa televisivo, pero deben verla bajo la atenta vigilancia de los padres o adultos y con muchas restricciones.
El aprendizaje, según el pedagogo argentino Feldam y tal y como recoge Wikipedia, es “como un proceso de cambio relativamente permanente en el comportamiento de una persona generado por la experiencia”, y supone un cambio en la conducta de la persona. Las bases del aprendizaje se fijan en la infancia, cuando las neuronas se expanden y de da la máxima receptividad, aproximadamente en los tres primeros años vida. Todas las nuevas informaciones se asimilan e interiorizan dando lugar a representaciones mentales significativas que después se aplicaran a aquellos contextos en donde se aprendieron. Esto es lo que origina las buenas o malas conductas de los más pequeños.

Se debe comer en familia y sin televisión
Para lograr un comportamiento adecuado en los niños, los padres deben limitar el tiempo de exposición al televisor. Las horas de comida y el tiempo de estudio deben realizarse con la televisión apagada para estimular la conversación familiar y la dedicación al aprendizaje. Puesto que la motivación es fundamental para que los niños aprendan, deben animar a sus hijos a hacer pasatiempos, practicar deporte con niños de su edad, estudiar con ellos para ayudar a despertar su interés por la historia o los libros, y siempre tratando de estimular su reflexión. En caso de ver la televisión, también deben estar a su lado.

Aquí os dejamos un vídeo en que se entrevista a una psicóloga infantil sobre los efectos de la televisión en los niños:

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